Identificación: 255

Nombre: Witrowe

Nombre en español: Boleadora 

Materialidad:  Cuero

Descripción:

Pieza de una boleadora, probablemente de Argentina. Esfera de madera cubierta de cuero amarrado fuertemente por una tira de cuero. 

Dimensiones: 

Diámetro total: 4.4 cm. 

Antecedentes culturales

Se hacía con una piedra que se forraba en cuero y luego se unía con otra de la misma forma y tamaño por medio de una cuerda de cuero. Era muy utilizada en la zona cordillerana del wallmapu y en el puelmapu (actual argentina).

Era utilizada para cazar animales y aves de enorme tamaño como el ñandú. La boleadora era lanzada a las patas de los animales para que se enrede y caigan. (Relato de E.C, Malloco Lolenko).

Cuando es liviana es porque está hecha de madera forrada en cuero; ahí se llama pali y se utiliza para jugar Palin (juego de la chueca). El pali equivale a la pelotita que los palife (jugadores de palin) utilizan en cada juego. El cuero protege al palo redondo para que nunca se parta con los golpes, por ello es que tienen mucha duración (Relato de C.I, Traitraiko)

Fuentes históricas

  •  “De esta boleadora enfundada en cuero pudo muy bien derivar la aparición de la honda en tiempos del Paleolítico Medio. La aparición de la boleadora y la honda en América está ligada al poblamiento inicial de este Continente por los hombres del Paleolítico que, en sucesivas migraciones desde el Norte de Asia, Así como Perú es el área reina de la honda. Argentina lo es de la boleadora, aunque como ya se ha manifestado ambas armas se han usado, con mayor o menor énfasis, en casi toda la América hispana, excluyendo zonas amazónicas y de gran vegetación. Y hay que señalar también, que así como la honda es fundamentalmente una arma de guerreros y pastores, la boleadora lo es de cazadores y ganaderos, aunque también haya sido usada en la guerra” (Guevara, 1911, p. 131).

    La laceaba y la traía de tiro. Luego tomó sus boleadoras, estás provistas de piedras aforradas con cuero de caballo, blandió uno de sus ramales; ya en vuelo la aplicó a la frente de la yegua que cayó a1 suelo. (Pascual Coña, 1916: 300)

    • Guevara, T. (1911) Folklore araucano: refrane